SHA Wellness Clinic presenta “Transformative Breathing ”

El último protocolo incorporado en SHA se llama Transformative breathing combina los beneficios contrastados del baño de hielo con el poder terapéutico de la respiración, resultando en una experiencia transformadora tanto a nivel físico como mental. Este pack consta de tres experiencias: Breath for Wellness, Emotional Detox Breathwork Therapy y el Ice Bath.

  • Breath for Wellness – consiste en una consulta con la Dra. Cinthya Molina, psicóloga en SHA Wellness Clinic, donde nos explicará la importancia de una correcta respiración en todas las áreas de nuestro cuerpo y los beneficios de esta, seguido de una sesión de Mind and Body donde se enseñarán las técnicas respiratorias necesarias tanto para este tratamiento cómo para el día a día.
  • Emotional Detox Breathwork Therapy – una segunda sesión a través de una respiración acelerada que llevará al paciente a una sensación parecida a la que se enfrentará al entrar en la bañera, desbloqueando miedos y traumas, que después, tratará en una sesión final la Dra. Molina dando paso así a la última fase.
  • Ice Bath – En esta etapa final la bañera de hielo actúa como espejo de las situaciones que nos bloquean y nos paralizan. Acompañados de un especialista que acompasará y ayudará a mantener la respiración adecuada, el paciente permanecerá en la bañera a 3,5ºC entre 2 y 3 minutos.

El secreto que nos permite superar esos instantes iniciales es la respiración, una de las herramientas de bienestar más potentes que existen. Por eso, aunque las tres fases se pueden hacer de forma independiente, recomendamos realizar tanto las dos sesiones de control de la respiración cómo las consultas psicológicas para vivir la experiencia completa e introducir las técnicas de respiración correctas en nuestra vida diaria.

Además, cada día hay más estudios que confirman que, practicada con frecuencia, la exposición al frío fortalece el sistema inmunitario y la salud mental, mejorando tanto la calidad del sueño, como el estado de ánimo. Ayuda también a reducir el nivel de glucosa en sangre, aumenta la longevidad celular, minimiza la inflamación, acelera la recuperación muscular, la regeneración de los tejidos y acelera el metabolismo. Por ello, recomiendan entre 11 y 15 minutos a la semana de duchas frías.

La Dra. Molina cuenta, “cuando te introduces en un baño de hielo, el organismo se pone instantáneamente en modo supervivencia, activa la respuesta de huida y se prepara para luchar contra el frío extremo. Cada célula de tu cuerpo te dice “sal de ahí, estás en peligro”. Pero, pasados unos segundos, aproximadamente entre 30 y 45, asumes que la única opción es rendirse y la mente manda al cuerpo el mensaje opuesto. Esto se consigue gracias a un extraordinario ejercicio de consciencia que se logra a través de la respiración. “Asumir que no tienes ningún control y abandonarte a la situación es un reto mental maravilloso y un ejercicio psicológico muy interesante que trabaja y profundiza en la capacidad de adaptación ante la adversidad y, por lo tanto, aumenta nuestros niveles de resiliencia, siendo este un factor clave para el manejo del estrés y la prevención de trastornos emocionales. La bañera es un espejo, una metáfora de cómo reacciona cada persona ante el miedo, la incertidumbre, el estrés o la duda”, afirma Molina.

Se están realizando algunos estudios muy prometedores que relacionan una mejoría a nivel cognitivo y mental y de determinados trastornos de ansiedad y depresión con los baños de hielo recurrentes. Como explica la experta, “la inmersión en frío te enfrenta a tus miedos y la gestión de expectativas juega un papel muy importante a la hora de anticiparse a la gestión de estos miedos. De hecho, y esto es un dato avalado por la ciencia, el 90% de las cosas que nos preocupan, jamás ocurrirán. Cuando nos enfrentamos a una situación desagradable, como es meterse en una bañera helada, ponemos en marcha, además de la respiración, una serie de estrategias cognitivas para conseguir superarla, que luego son extrapolables a otras situaciones que nos provocan emociones negativas. De esta manera, aumenta la resiliencia y el aprendizaje es mucho mayor.”

Cuando nos meternos en el baño de hielo, se produce una vasoconstricción generalizada y empezamos a respirar de manera corta y rápida, lo que aumenta todavía más el estrés. Pero si conseguimos regular la respiración, y hacerla más lenta y profunda, a los pocos segundos dejamos de luchar contra el hielo y comenzamos a entrar en un estado de paz y tranquilidad absolutas.

Después de esos aprendizajes salimos de la bañera como personas más resilientes, renovados y con la energía y la vitalidad que la liberación de dopamina y adrenalina producen. Quienes lo prueban, repiten. Y si no que se lo digan a Cristiano Ronaldo, Kendall Jenner, Chris Hemsworth, Elle MacPherson o David Beckham.