Détox mental: cómo liberar el estrés y enfocar tu mente

Muchas personas resumen todo su malestar en unas pocas palabras: agotamiento y fatiga mental. No saben exactamente qué les pasa pero se sienten tensos, embotados, distraídos. Olvidan más cosas de las que les gustaría y están todo el tiempo irritados y cansados.

En ocasiones solo quieren descansar y muchas veces la fuente de agotamiento viene derivada de pensamientos en bucle, obsesiones, alta carga mental y del estilo de vida.

¿Es posible desintoxicarse de todo eso que cargamos con nosotros cada día? Las curas de détox mental son ese reseteo que necesitamos para recuperar agudeza mental, rendimiento cognitivo, calma y serenidad. Más que una terapia se trata de un compromiso con uno mismo para tener una vida plena. Veamos cómo podemos conseguirlo:

Crea unos metros cuadrados de paz

Se trata de tener un espacio tranquilo y libre de distracciones, puede ser en un espacio interior o en un entorno de naturaleza. Lo importante es que sea silencioso y seguro para disfrutar de momentos de desconexión y paz mental.

Medita unos minutos y practica el mindfulness

La meditación es una herramienta poderosa para calmar la mente, pero requiere consistencia y entrenamiento. Dedica unos minutos cada día a sentarte en silencio, enfocarte en la respiración y permitir que los pensamientos fluyan sin juzgarlos. La atención plena te conectará con el presente y reducirá el estrés y la ansiedad.

Regálate unas horas de desconexión digital

Establece límites claros, incluso límites físicos para el uso de los dispositivos electrónicos y las pantallas. Puedes decidir, por ejemplo, que al dormitorio no entran los teléfonos. Huye de los algoritmos y no caigas en la trampa del scroll infinito. Entra a Internet con un objetivo y sal cuando lo hayas conseguido. Programa momentos específicos del día para revisar correos electrónicos y redes sociales, y evita la infoxicación digital que puede abrumar tu mente.

Revisa tus rutinas de sueño

La calidad del sueño es esencial para el détox mental. Diseña una rutina de sueño consistente y sostenible, apaga los dispositivos electrónicos dos horas antes de acostarte y crea un ambiente propicio para el descanso.

Practica ejercicio físico al menos tres veces a la semana

La práctica de actividad física cambia la actividad cerebral. Encuentra una práctica que disfrutes y repítela al menos tres veces a la semana, tu cerebro te lo agradecerá con menos pensamientos obsesivos, menos rumiaciones y menos tensión.

Agradece a diario

El profesor Bruno Ribeiro, responsable de la Unidad de Salud Cognitiva de SHA Wellness Clinic, asegura que para el cerebro los beneficios de meditar o de rezar son similares. En el caso de rezar, el profesor aclara que se debe hacer para agradecer y no para pedir si se quieren conseguir mayores beneficios. Los expertos aconsejan que cada noche nos tomemos un momento para agradecer por tres cosas que hayan pasado a lo largo del día, porque la práctica de la gratitud enfoca la atención hacia lo positivo, y genera una actitud optimista.

Aprende algo nuevo

Puede ser un idioma, una actividad física, un juego o una afición como bordar. Un nuevo aprendizaje estimula la mente y el crecimiento personal. La mente necesita nutrirse de nuevas experiencias, ama los retos y desafíos y disfruta poniéndose a prueba.