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Los alimentos que ayudan al sistema inmunológico

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12 de marzo de 2024

Nuestra primera línea de defensa es una red compleja de células, tejidos y órganos que se unen para protegernos contra enfermedades y patógenos que conocemos como sistema inmunológico. Si en la línea de defensa hay una fisura, nos enfermaremos más; en cambio, si es una muralla encerrada y fuerte, no entrará ni un resfriado.

Mantener un sistema inmunológico fuerte es una garantía de salud y bienestar general. Y nuestro estilo de vida es la mejor garantía para mantener las defensas fuertes. La alimentación es quizás el arma principal que podemos darle a nuestro sistema inmunológico como una potente herramienta de protección.

Una dieta equilibrada con muchos colores, que suelen indicar la riqueza en nutrientes, es esencial para mantener un sistema inmunológico fuerte y saludable. Al incorporar regularmente estos alimentos en la dieta se fortalece el sistema inmunológico y se reduce el riesgo de enfermedades e infecciones.

La hidratación es crucial para el buen funcionamiento de nuestras defensas. El agua transporta los nutrientes a las células y elimina las toxinas del cuerpo, esto optimiza el trabajo del sistema inmunológico.

El descanso es otro gran aliado, pues el sueño desempeña un papel fundamental en la regulación inmunológica. Durante el sueño, el cuerpo produce y libera unas proteínas llamadas citoquinas, que le ayudan a combatir la inflamación y las infecciones. Para mantener en buena forma nuestra capacidad inmunitaria debemos dormir entre 7 y 9 horas diarias.

Nuestro sistema inmunitario no se lleva nada bien con el estrés crónico, que puede incluso desactivar sus funciones y aumentar la predisposición a sufrir algunas enfermedades. Es recomendable practicar técnicas de gestión del estrés, como meditación, mindfulness, yoga, o técnicas de respiración.

La práctica regular de ejercicio físico regular puede ayudar a reducir el impacto del estrés en el sistema inmunológico. Además de mejorar la salud cardiovascular y muscular, la actividad física aumenta la circulación de células inmunes en el cuerpo y previene el desarrollo de enfermedades crónicas.

La dieta es esencial para el sistema inmunológico. Se ha demostrado que las frutas cítricas como las mandarinas, los limones y los pomelos, ricas en vitamina C, funcionan como un poderoso antioxidante que estimula la producción de glóbulos blancos y son clave en la lucha contra infecciones y los virus. También los vegetales de hoja verde oscuro, como las espinacas, las acelgas y el kale por ser excelentes fuentes de vitaminas A, C y E. También se recomienda el consumo de ajo, que contiene compuestos de azufre con propiedades antimicrobianas, y el jengibre por su capacidad antiinflamatoria y antioxidante.

Los alimentos ricos en probióticos, como el yogurt y kéfir promueven la salud intestinal y también fortalecen el sistema inmunológico, al igual que los frutos secos, entre ellos las almendras, nueces, semillas de girasol y de calabaza, que son ricas en vitaminas. Algunos pescados pequeños como las sardinas y los boquerones, con un alto contenido de ácidos grasos omega-3, son un regalo para nuestra inmunidad.

 

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